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P.BRADLEY ,EQUIPO ,COLABORADORES Y AMIGOS

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domingo, 31 de octubre de 2010

Taller" Como sanar tu historia familiar 2ª parte"

Los invitamos a seguir compartiendo las charlas acerca de: "Cómo sanar tu historia familiar"‏ “Motivos para creer”
curso dictado por el P.Bradley s.j.
Los invitamos a seguir compartiendo las charlas acerca de:   




“Cómo sanar tu historia familiar”
II PARTE: Reconocer, Reconciliarse y Reintegrar Nuestras Sombras
Desde el miércoles 3 de noviembre


Hora: 19

Para informes e inscripción comunicarse

Lunes, miércoles y viernes de 17 a 19hs
Tel: 4373-9799
e-mail: amar_ servir@hotmail.com
Av. Callao 542, 2do. piso

¿QUE ES LA SOMBRA?

La sombra de la personalidad es una realidad misteriosa que intriga y que a veces asusta. ¿Es amiga o enemiga? Esto depende de nuestra manera de considerarla y de interactuar con ella. ¿Qué es la sombra, exactamente? La respuesta a esta cuestión se revelará al hilo de los capítulos de este libro. Intentemos, no obstante, arrojar de entrada un poco de luz sobre esta dimensión evanescente del ser. 
La sombra es todo lo que hemos arrojado al inconsciente por temor a ser rechazados por las personas que desempeñaron un papel determinante en nuestra educación. Temimos perder su afecto decepcionándolas o creándoles un malestar a causa de nuestros comportamientos o de algunos aspectos de nuestra personalidad. Pronto discernimos lo que era aceptable a sus ojos y lo que no lo era. Entonces, para agradarles, nos apresuramos a relegar grandes porciones de nosotros mismos a las mazmorras del inconsciente. Empleamos todos los medios a nuestro alcance para eludir hasta la más mínima desaprobación verbal o tácita por parte de las personas a las que amábamos o de las que dependíamos. Sensibles a la apreciación de los otros, nos mostramos amables, educados, correctos. Y para hacerlo tuvimos que rechazar todo cuanto pudiera parecer desviado, vergonzoso o reprensible. 
Por necesidad de aprecio, nos adaptamos a las exigencias, las reglas y las leyes de nuestro medio. Y nos afanamos en camuflar lo que parecía desagradarles o resultarles chocante. Tuvimos en cuenta el hecho de que, en ciertos medios, ser servicial estaba bien visto, mientras que pensar en uno mismo era considerado una actitud egoísta. El obedecer era valorado, pero el afirmarse no lo era en absoluto. El ser dulce estaba admitido, pero el enfadarse molestaba; el disimular toda inclinación sexual era bien recibido, pero el manifestarla, aunque fuera mínimamente, era reprobado; etcétera. Poco a poco, se construyó en el fondo de nosotros mismos un vasto mundo subterráneo hecho de represiones y de rechazos acumulados durante años. Finalmente, nos encontramos sentados sobre una especie de volcán psíquico que amenazaba con entrar en erupción a cada memento. A esta energía psíquica comprimida, pero siempre viva y activa, le llamamos la sombra. «La sombra es ese oscuro tesoro compuesto de los elementos infantiles del ser, los apegos, los síntomas neuróticos y, por último, los talentos y los dones no desarrollados. Ella asegura el contacto con las profundidades ocultas del alma, con la vida, la vitalidad y la creatividad» Lejos de ser estéril o inactiva, esta entidad salvaje y no cultivada de nuestro ser exige sin cesar ser reconocida y explotada. ¡Pobres de los que siguen haciendo caso omiso de su existencia...! A la manera de un torrente tumultuoso, la sombra forzará un día la puerta de entrada del yo consciente y lo invadirá. Por otro lado, si la acogemos bien, se dejará «domesticar» y nos revelará toda su riqueza, para que la explotemos. He aquí, pues, en qué consiste el trabajo de reconciliación con la sombra: se trata de reintegrar en la zona del yo consciente los elementos ocultos del ser y repropiárselos, con el fin de lograr la expansión más completa de la persona. Insistimos ahora en la importancia primordial de trabajar en la reintegración de la sombra, tanto para el crecimiento psicológico y social como para el desarrollo moral y espiritual.

domingo, 24 de octubre de 2010

Todo el que se ensalza será humillado

24 de octubre del 2010
Evangelio según San Lucas 18,9-14.

Y refiriéndose a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás, dijo también esta parábola:
"Dos hombres subieron al Templo para orar: uno era fariseo y el otro, publicano.
El fariseo, de pie, oraba así: 'Dios mío, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, que son ladrones.....
El argumento de la parábola es muy simple y se lo puede entender sin ninguna dificultad: hay dos personas que rezan de distinta manera y solamente hay que prestar atención a quiénes son y qué es lo que están diciendo.

EL PRIMERO ERA UN FARISEO
Los fariseos eran los miembros de un partido político-religioso que comenzó a existir proximadamente un siglo antes del nacimiento de Jesús. Ellos estaban muy preocupados porque veían que los paganos y los enemigos de la religión hacían toda clase de esfuerzos para impedir el culto al Verdadero Dios...
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jueves, 21 de octubre de 2010

TRABAJAR LA PROPIA SOMBRA PARA UN SANO CRECIMIENTO


Dentro del marco del taller "Encuentro con la sombra", subimos al blog una ficha de lectura al respecto.Esperamos les sirva a los que han participado y a los que  no lo han hecho, puedan tener una idea de lo trabajado.       P.Raúl.




La sombra y el conocimiento de sí mismo
 
Sin el conocimiento de la sombra es imposible conocerse bien. El trabajo personal que se efectúa sobre ella constituye una condición esencial para quien quiera llegar a ser una persona equilibrada y entera. El reconocimiento y la reintegración de la sombra permiten recuperar partes de uno mismo que han sido reprimidas por temor al rechazo social. Durante su crecimiento, llega a tener vergüenza o miedo de sentimientos o emociones, de cualidades, talentos o aptitudes, de intereses, ideas o actitudes, por temor a que sean mal apreciados en su medio. De aquí la tendencia a rechazarlos y relegarlos a los laberintos del inconsciente. Ahora bien, estos elementos indeseados de uno mismo, incluso una vez rechazados, sobreviven y procuran afirmarse. Si el sujeto no reconoce su existencia, se volverán contra él, lo asustarán y le crearán serias dificultades de orden psicológico y social.
Hacer emerger los recursos no explotados del propio ser, por muy amenazante que esto pueda parecer, permitirá apropiárselos y reintegrarlos. Se cumplirá así la primera condición de todo crecimiento humano: «Conócete a ti mismo», célebre precepto inscrito en el pórtico del temple de Delfos.

La sombra y la autoestima
Hacer las paces con la propia sombra y entablar amistad con ella constituye la condición fundamental de una auténtica autoestima. Porque ¿cómo podría uno amarse y tener confianza en sí mismo si una parte de sí, su sombra, es ignorada y milita contra sus propios intereses? Me asombra constatar que las obras actuales sobre la autoestima no muestren mayor interés por los desastrosos efectos de una sombra dejada en estado salvaje, pues se convierte, en una importante fuente de menosprecio de uno mismo y del prójimo.
Carl Jung recuerda que el psiquismo humano es el lugar de las luchas íntimas: «Se sabe que los dramas más emocionantes y los más extraños no se representan en el teatro, sino en el corazón de los hombres y las mujeres ordinarios. Éstos viven sin llamar la atención y no descubren los conflictos que ocasionan estragos en su interior, a menos que caigan víctimas de una depresión cuya causa ellos mismos ignoran»
Uno no se puede entonces permitir ahorrarse la reintegración de su sombra. Quien rehúsa este trabajo sobre sí mismo se expondrá a desequilibrios psicológicos; tenderá a sentirse estresado y deprimido, atormentado por un sentimiento difuso de angustia, de insatisfacción consigo mismo y de culpabilidad; será objeto de toda suerte de obsesiones y susceptible de dejarse arrastrar por sus impulsos: celos, cólera mal reprimida, resentimientos, comportamientos sexuales inapropiados, glotonería, etcétera.
Entre las dependencias más comunes, mencionemos el alcohol y las toxicomanías, que tantos estragos causan en nuestras sociedades modernas. Sam Naifeh, en un excelente artículo sobre las causas de la dependencia, afirma: «La dependencia es un problema de la sombra».
 En efecto, la atracción compulsiva por el alcohol y las drogas proviene de la búsqueda incongruente del lado sombrío del ser. Por más que se acuse a las sustancias tóxicas de ser la causa de degradaciones humanas, en realidad no son más que su causa indirecta, al permitir a quien las utiliza franquear los límites del yo consciente. Así, por un memento, se puede identificar con el lado sombrío de sí mismo que le obsesiona constantemente. La parte sobria del alcohólico se encuentra en una constante insatisfacción mientras no se reencuentre con la parte alcohólica escondida en la sombra.

La sombra y la creatividad

El escritor Julien Green, aludiendo a la actividad de su sombra, notaba: «Hay alguien que escribe mis libros y a quien no conozco, pero a quien quería conocer». El trabajo paciente e inteligente de la reconciliación con la sombra
pondrá de manifiesto inmensas potencialidades que permanecían ocultas y en estado salvaje en el inconsciente. Su actualización producirá un aumento de la vitalidad, al tiempo que estimulará la creatividad en todas las dimensiones
de la vida.

lunes, 18 de octubre de 2010

La Biblia vs. la ciencia


14/10/10 - 15:52
Una reciente investigación atribuyó a un viento fuerte y prolongado la apertura del Mar Rojo que posibilitó el paso pueblo judío encabezado por Moisés. ¿Es correcto apelar a los estudios científicos para comprender los textos bíblicos? ¿Cómo deben interpretarse las Sagradas Escrituras? Con estos interrogantes planteados, compartimos entonces el siguiente articulo publicado en Clarin.Opinan destacados expertos católicos y evangélicos. Un viento de 100 km/h soplando de manera prolongada habría hecho retrotraer las aguas del Mar Rojo durante cuatro horas y permitido que Moisés y su pueblo lo cruzaran y escaparan así de la persecución de los egipcios, según afirma un estudio del Centro Nacional para la Investigación Atmosférica de los Estados Unidos y la Universidad de Colorado, que se conoció recientemente. Con todo, los investigadores dejan abierta la posibilidad de que tal fenómeno "haya sido la voluntad de Dios" para posibilitar la liberación del pueblo de Israel. En verdad, no es la primera hipótesis con presunción científica sobre uno de los pasajes más conocidos del Antiguo Testamento. Tiempo atrás, otra refería a la posibilidad de que un tsunami, producto de la erupción de un volcán, haya provocado una ola gigante que, cuando se retrotrajo, dejó momentáneamente un espacio para que el pueblo judío pudiera cruzar. En las últimas décadas, se barajaron supuestas teorías basadas ciertos fenómenos naturales para explicar otro pasaje: las plagas que se abatieron sobre Egipto.
Pero también se esgrimieron "comprobaciones" de narraciones bíblicas. La más mentada es, sin duda, la referida al presunto hallazgo del Arca de Noé en la ladera de una montaña del monte Ararat, en el límite entre Turquía y Armenia. Varias expediciones se lo atribuyen. La última, integrada por un grupo de turcos y chinos, data de abril de este año. Como contrapartida, no faltan quienes dicen que el diluvio universal no fue más que una gran inundación en Medio Oriente. Hace unos años hicieron furor en Internet fotos de enormes esqueletos humanos que, se decía, una expedición de la National Geographic había encontrado en la India. Y que confirmaban que los gigantes que narra el Génesis existieron. La institución geográfica tuvo que salir a aclarar que se trataba de una foto trucada presentada en un concurso de photoshop. Más allá de los fraudes, presuponiendo la recta intención de los investigadores, ¿es válida la pretensión de "confirmar" o "desestimar" relatos bíblicos en base a supuestos hallazgos o investigaciones científicas?
Uno de los más destacados estudiosos argentinos de las Sagradas Escrituras, el padre Luis Rivas, dice, ante todo, que este tipo de investigaciones "parten, por lo general, de una lectura demasiado simplista del texto bíblico", sin examinar atentamente "lo que la Biblia dice y como lo dice". Agrega que, por caso, "una lectura atenta del relato del éxodo permite ver que éste es el resultado de una acumulación de tradiciones conservadas por el pueblo de Israel". Señala que la "experiencia de liberación" que se narra, es algo que "fue recitado, cantado y releído cada año a lo largo de los siglos y según las circunstancias en las que el pueblo estaba viviendo. En cada época –afirma- adquirió detalles propios, cada vez más grandiosos, hasta culminar con la imagen épica del mar que se abre para dar paso a una multitud innumerable que va siguiendo a Moisés. Los últimos redactores de la Biblia tomaron esas tradiciones y las unieron –precisa- formando un único relato, no siempre coincidentes en los detalles y, a veces, hasta contradictorios".
Más aun: Rivas dice que "hoy los investigadores se preguntan si hubo un solo éxodo o si hubo varios, si los israelitas huyeron o fueron expulsados, si fue una sola tribu o varias o todas. O también si cruzaron el Mar Rojo, o si fue una zona pantanosa, o si directamente fueron por el desierto. En esos puntos –señala- los relatos bíblicos no son coincidentes. Eso sí, subraya: "Todos coinciden en que Dios los hizo pasar de la condición de esclavos a la de hombres libres". Por eso, insiste en que "se debería empezar por un estudio serio de la Biblia y luego pasar a investigar qué es lo que las otras ciencias aportan para entender mejor esos textos". Para Rivas, "esto no impide que con frecuencia aparezcan grupos fundamentalistas que organizan campañas con la intención de buscar pruebas que les permitan mostrar que la Biblia 'tenía razón' y que todos sus relatos se deben entender como absolutamente históricos, al pie de la letra, llegando a veces a conclusiones ridículas".
El rector del Instituto Superior Evangélico de Estudios Teológicos (ISEDET), el pastor metodista Pablo Andiñach, dice que "los intentos de explicar las narrativas bíblicas a través de fenómenos naturales suelen desconocer la intención del narrador que es la de mostrar que la liberación de la esclavitud es un acto de Dios, no el producto de un plan humano. Al lector de la antigüedad –señala- no le preocupaba cómo se abrieron las aguas, sin proclamar que fueron abiertas por Dios para salvar a su pueblo de la muerte. Y agrega: "De manera que no es necesario confirmar con explicaciones racionales y naturales aquello que no exige explicación, sino que se justifica a sí mismo. La pregunta que nos plantea el texto no es acerca de la historicidad y el cómo sucedieron los hechos, sino sobre su sentido", redondea.
Ahora bien, ¿cómo aproximarse de modo correcto a la lectura de la Biblia?: Andinach dice, de entrada, que "debemos evitar las lecturas literales por su esterilidad. La riqueza de la Biblia –señala- se pone en evidencia porque nos enfrenta con los temas fundamentales de la experiencia humana como la vida y la muerte, la justicia y la crueldad, la esperanza y el amor, y todos estos temas se expresan en lenguaje simbólico y poético. Es preciso recordar que la Biblia no es un manual de historia ni de biología, sino una obra religiosa que busca dar un testimonio de la acción de Dios a favor de la humanidad. Y no se puede hablar de Dios científicamente por la sencilla razón de que a Dios se lo capta por medio de la fe". Además, dice que "debe tenerse en cuenta que "mientras el judaísmo recibe sus Escrituras de sus antepasados, el cristianismo naciente está en ese momento creando las páginas que lo representarán".
A su vez, Rivas puntualiza que "en la Biblia hay muchas clases de relatos. Algunos –precisa- son narraciones de hechos que pueden haber sucedido tal como están contados. Otros, en cambio, adoptan las formas literarias en uso en las culturas en que los textos fueron escritos y pueden tener características míticas, folklóricas, poéticas... Como el lector de la Biblia sabe que éste es un libro que le transmite un mensaje para la fe –añade, deberá leer el texto prestando atención a lo que el autor del relato le propone para ser creído. A veces el autor presenta hechos que deben ser tomados así como se narran, porque importan para la fe. Por ejemplo, que Jesucristo existió, que padeció bajo Poncio Pilatos, que fue crucificado, muerto y sepultado... que hay testigos de su resurrección..."
Rivas dice, en ese sentido, que en algunos casos hay hechos que están relatados más de una vez y con diferencias notables en cuanto a los detalles. "Un ejemplo claro –apunta- son las palabras de Jesús sobre la copa de vino durante la Ultima Cena, que son diferentes en los evangelios a pesar de que el Señor las dijo una sola vez". Y agrega: "Esto indica que el autor no pretende mostrar el hecho 'tal como sucedió', sino que por medio de esos detalles cambiantes está mostrando 'qué sentido tiene el hecho narrado'. En otros casos, lo que se propone para ser creído no es la forma del relato, sino lo que el autor está expresando a través de ese relato. Por ejemplo, el de la creación está estructurado como un poema. Lo importante es lo que el autor proclama en ese poema: que Dios es el autor de todas las cosas".

miércoles, 13 de octubre de 2010

EL SAMARITANO AGRADECIDO

 EL SAMARITANO AGRADECIDO

Evangelio Lectura del santo evangelio según san Lucas (17,11-19)

Yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Cuando iba a entrar en un pueblo, vinieron a su encuentro diez leprosos....


LOS LEPROSOS


Esta especial atención que le dan los evangelistas a la curación de leprosos, tiene su explicación en que para los judíos de la antiguedad, la enfermedad de la lepra tenía una dimensión religiosa.No era una enfermedad como otra, afectaba el comportamiento religioso del hombre. El Antiguo Testamento dedica varias de sus páginas a la lepra, y por las descripciones se puede saber que se llamaba lepra a varias afecciones de la piel qu hoy se sabe son otra cosa.Pero en esa epoca todo se relacionaba con esa enfermedad. 

El Antiguo Testamento da  importancia a la lepra porque deformaba a las personas y porque al ser incurable, era una forma de impureza. El impuro debía permanecer apartado de la comunidad y del culto.
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martes, 12 de octubre de 2010

Fe,Verdad y Tolerancia :Prefacio de la obra de J. Ratzinger

PREFACIO
En un mundo que se va haciendo cada vez más pequeño, el problema en  torno al encuentro entre las religiones y las culturas ha llegado a ser una cuestión apremiante, que no preocupa sólo, ni mucho menos, a la teología. El problema de la compatibilidad entre las culturas y de la paz entre las religiones ha llegado a ser un tema de primerísimo orden. Pero, sobre todo, es una cuestión que se les plantea a las religiones mismas, que deben saber cómo vivir en paz unas con otras y cómo contribuir a la «educación del género humano» para la paz. La fe cristiana se ve afectada especialmente por esa problemática, porque desde su origen y por su misma esencia pretende dar a conocer y proclamar ante todos los hombres quién es el único Dios verdadero y el único Salvador de toda la humanidad: «Nadie más que él puede salvarnos, pues sólo a través de él nos concede Dios a los hombres la salvación sobre la tierra», dijo Pedro a los dirigentes y a los ancianos del pueblo de Israel (Hch 4, 12).
¿Podrá seguir manteniéndose hoy día esa pretensión absoluta?
¿Cómo se compaginará con la búsqueda de la paz entre las religiones y entre las culturas? 
Cuando la Congregación para la doctrina de la fe publicó en el año 2000 la declaración Dominus Iesus, «Sobre el carácter único y la universalidad de Jesucristo y de la Iglesia para la salvación», se alzó un clamor de indignación en la moderna sociedad occidental y también en las grandes culturas no cristianas, como la de la India. Tal documento –pensaban– sería un testimonio de intolerancia y de arrogancia religiosas que resultarían ya inadmisibles en el mundo actual. El católico podría formular entonces, con toda humildad, aquella pregunta que Martin Buber planteó en cierta ocasión a un ateo: ¿Y si eso fuera verdad? Vemos, por ello, que el verdadero problema, más allá de todas las cuestiones particulares, consiste en la cuestión acerca de la verdad. ¿Puede conocerse la verdad? ¿O es sencillamente improcedente plantearse la cuestión acerca de la verdad en el ámbito de la religión y de la fe?
Pero ¿qué significa entonces positivamente la fe, qué significa la religión, si no pueden asociarse con la verdad?
De esta manera se fueron creando paulatinamente diversos niveles en el debate, en el que yo me vi envuelto en múltiples ocasiones durante el pasado decenio. En primer lugar habrá que tratar de entender lo que es la cultura y qué relación guardan entre sí las diversas culturas. Habrá que examinar igualmente el fenómeno de la religión como tal, pero sin partir sencillamente de una masa uniforme constituida por las «religiones». Habrá que tratar de comprender primeramente a las religiones en su movimiento histórico en sus estructuras y tipos esenciales, así como en sus posibles relaciones mutuas o en su amenazadora contraposición, antes de intentar formular juicios. Finalmente, habrá que debatir la cuestión acerca del hombre, acerca de lo que el hombre es y cómo puede llegar a ser él mismo, o cómo puede desvirtuarse en su propia esencia. Y en todo ello resulta por fin ineludible afrontar la cuestión acerca de si el hombre fue creado para la verdad y de qué manera puede y debe plantearse, él mismo, la cuestión acerca de la verdad. Con todo esto hemos trazado un gran programa, al que una obrita como la presente, nacida más bien de intervenciones ocasionales,
no podrá ofrecer sino una modestísima aportación. Cuando estaba seleccionando, en relación con este tema, las conferencias que pronuncié durante este decenio pasado, pude ver que, desde diversos puntos de partida, podía plasmarse algo así como un conjunto, muy fragmentario e incompleto, ciertamente, pero que quizás no resulte del todo inútil para disertar sobre un tema amplísimo y que nos afecta profundamente a todos nosotros. Así que me decidí
a presentar en esta obra como un todo homogéneo, y a ofrecerlos a discusión, todos los textos que publiqué durante el pasado decenio en materia de fe, religión, cultura, verdad y tolerancia, con excepción del primer artículo, que se publicó ya en el año 1964.
Tengo la esperanza de que esta obra, surgida en tales circunstancias y a pesar de todas sus insuficiencias, pueda servir de ayuda en el esfuerzo por entender lo que a todos nosotros nos afecta.

domingo, 3 de octubre de 2010

Taller " Encuentro con la Sombra"

Se encuentra abierta la inscripción para los cursos del P.Bradley s.j.  "Motivos para creer"
Para ello, los invitamos a participar de las charlas introductorias

  "Cómo sanar tu historia familiar"
  
PARTE 1: Encuentro con la Sombra
poder del lado oculto de la naturaleza humana

a) Descubrir la sombra en la vida cotidiana
b) Origen de la sombra: el YO en la familia
c) La creación del falso YO y la personalidad

Miércoles 6 de octubre
Miércoles 13 de octubre
Miércoles 20 de octubre
Hora: 19
Para informes e inscripción comunicarse
lunes, miércoles y viernes de 17 a 19hs  al Tel: 4373-9799
E-mail: amar_servir@hotmail.com
Av. Callao 542, 2do. piso

Fe, Verdad y Tolerancia de Benedicto XVI -Joseph Ratzinger

En un mundo que se va haciendo cada vez más pequeño, el problema en torno al encuentro entre las religiones y las culturas ha llegado a ser una cuestión apremiante. Las distintas religiones tienen ante sí el doble reto de vivir concordemente y contribuir a la educación del género humano para alcanzar la paz. La fe cristiana se ve afectada especialmente por esa problemática, porque desde su origen y por su misma esencia pretende dar a conocer y proclamar ante todos los hombres al único Dios verdadero y al único Salvador de toda la humanidad.
¿Podrá seguir manteniéndose hoy día esa pretensión absoluta?

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EL PODER DE LA FE

GRANOS DE MOSTAZA













Evangelio según San Lucas 17,5-10.
Los Apóstoles dijeron al Señor: "Auméntanos la fe".
El respondió: "Si ustedes tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, y dijeran a esa morera que está ahí: 'Arráncate de raíz y plántate en el mar', ella les obedecería. 

Jesús le dice a los discípulos que siempre se debe perdonar al hermano al punto que si por día ese  hermano nos ofende siete veces y en cada vez vuelve arrepentido, las siete veces debemos perdonarlo. Pero no es un caso matemático, donde llevamos la cantidad de veces que debemos perdonar, sino que se refiere al   sentido de los orientales por el número siete: la totalidad, la perfección. Sería lo mismo que decir  siempre.


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