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lunes, 26 de junio de 2017

DINÁMICAS DE CONCILIACIONES FAMILIARES


  1. Para san Ignacio encontrar el sentido espiritual de la vida supone una personalidad madura. A eso lo llama “subiectum”. 

Lo que puede impedir la madurez son las dificultades del inconsciente que siempre son    

a. Familiares;    
b. con los padres; 
c. Con los ancestros.
Ir ayudando a crecer el subiectum es el objetivo de este taller dirigido por un equipo muy conocido de consteladores, personas serias y de fe.

  1. Conciliación significa estructura, grupo, racimo intercomunicado. Un mismo título es la densa trama del alma familiar. La familia es un tejido de hilos invisibles que nos recorren y atraviesan. Somos parte de un antiguo árbol que condiciona nuestros comportamientos a un nivel insospechado- ¿Cuándo esos condicionamientos aumentan en mí el amor de Dios, o por el contrario, lo conflictúan, tensan y obstruyen? Conocernos a nosotros mismo es la base para encontrar a ese Otro que es Dios y verlo como es, no como quiero.


  1. El alma familiar es un ancho río el que pertenecemos y estamos anclados. Es colectivo, y desde Platón hasta Santo Tomás siempre fue visto así. ¿cómo despertamos el alma? ¿cómo la curamos?¿cómo podemos ensancharla? ¿dónde se ubica el alma?
    Eckhart sostenía que alma es compasión, es trabajo, voluntad, esfuerzo. No lo tenemos hasta cultivar la compasión , empezando por nosotros mismos como una mirada piadosa al pasado, a los ancestros. Sino, miremos un resentimiento que nos impide avanzar hacia la alegría de Dios.

  1. A través de nuestros sentimientos y maneras de relacionarnos entendemos lo difícil que es aceptar a otra persona como es y ocupar su lugar: hijo frente a sus padres y padres con sus hijos; varón y mujer diferentes pero armónicos. Lo que está desordenado impide el amor… ¿cuáles son mis tendencias al desorden?  ¿y los que pioneran ancestralmente mi genealogía? A todo esto Ignacio lo llama la MEMORIA. Si está bloqueada es imposible entender a Dios.

  1. Existe un inconsciente no solo personal sino colectivo. El inconsciente es lo que sé que actúa, pero no entiendo. Todos estamos conectados inconscientemente con los demás y con Dios… ¿cómo opera esta conexión? Desde el primer vínculo que es nuestra familia, es la matriz desde que me construyo, pero además estoy dibujado por una cascada de influencias que provienen del árbol genealógico. Veo la influencia y su fuerza. Si me acerca a Dios, ¡adelante! -diría san Ignacio-, pero si corta esa comunión… esto es lo difícil de hacer solos, porque a veces hay que separarse del alma familiar colectiva por inconducentes.



  1. Las constelaciones ponen en escena el movimiento del alma familiar y se despliega la familia en un espacio, y como un sistema, para que se muera el suceso conflictivo que trae la persona. La dificultad se aborda desde la perspectiva de que los padres transmiten la vida de modo transgeneracional: ellos y los que estuvieron antes. Eso san Ignacio lo supone presente en el subiectum con la meditación de Adán y Eva.


7.   Somos un eslabón en la cadena de las generaciones y estas pertenencias al sistema nos empuja a saldar las deudas del pasado. Es una particular forma de lealtad, y vamos a repetir, lo queramos o no, lo sepamos o no, situaciones agradables o acontecimientos dolorosos. 
Todo lo que no vemos es inconsciente, y pesará como la maldición de un destino. 
Pero si lo vemos y elegimos ese destino se convierte en el terreno del crecimiento. Para ello debemos cortar la cadena del dolor (desolación), del vicio familiar.

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