.

.
P.BRADLEY ,EQUIPO ,COLABORADORES Y AMIGOS

EN BS. AS. :COLEGIO DEL SALVADOR -Callao 542 -
Tel. conmutador: (11) 5235 2281
EN MENDOZA: RESIDENCIA DE LA COMPAÑÍA . IGLESIA DEL SAGRADO CORAZÓN
Portería Colón 67 Tel./Fax (261) 429 9437

E-mail : centroamarservir@gmail.com


lunes, 2 de agosto de 2010

LOS ENCOGEPADRES

Conservar a cierta gente es difícil si la principal fuente de comunicación que tienen es el Padre. Podemos sentirnos inclinados a salir corriendo. Esto no resulta ventajoso si esa persona es nuestro jefe, cónyuge, madre, padre, hija, hijo, amigo, personas todas que queremos conservar en nuestra vida. 

Los miembros de nuestros grupos idearon los Encogepadres como un método para sacar al otro de su Padre y llevarlo a su Adulto o Niño, con el fin de que las relaciones se puedan mantener sin el continuo riesgo de maltrato para el Niño.

Hablar con una persona que está constantemente en el Padre es como tratar de hablar con la voz que nos dice la hora por teléfono: “La señal indicara las...». Cada diez segundos se oye la misma cantinela interminable. Trate de interrumpirla. 


Es tan difícil como tratar de interrumpir a alguien que se halla continuamente en el estado del Padre, porque lo que uno está escuchando también es una grabación. El Padre no tiene ojos ni oídos, y está interesado, primera y principalmente, en preservar la institución del Padre, no toda la persona. El objetivo de este capítulo no es encoger a la gente, sino encoger al Padre de la gente a fin de ocuparse de las transacciones que tienen que ver con el Adulto y el Niño, en que el intercambio, la cooperación y la novedad son posibles.

La gente que se halla constantemente en el estado del Padre, con frecuencia ha elegido ese tipo de comportamiento por una razón defensiva: El padre Constante, el Adulto Constante y el Niño Constante son principalmente el resultado de la exclusión defensiva de los dos aspectos complementarios en cada caso. El Padre Constante hace uso del Adulto, pero es un Adulto contaminado por el Padre, es decir, el ordenador está en poder del Padre para su uso exclusivo, para funcionar solo con programas del Padre. Lo que a una persona así le parece real es su propio dogma sin examinar, extralimitado en lo que se llama las afirmaciones de Dios Todopoderoso. El prejuicio, es decir, el juzgar por anticipado, sin aplicarlos los cuestionamientos del Adulto a nuestras creencias, caracteriza el contenido del Padre Constante.

¿Por que la gente es de esa manera?

La gente dominada por el Padre fue recompensada en la infancia por una conformidad y docilidad perfectas, y una obediencia incuestionable. Para ellos, como personas mayores, el sendero de la sabiduría todavía  parece ser la sumisión total al Padre y el bloqueo continuo de los impulsos o el comportamiento infantiles. A veces el acatamiento buscado se garantiza con graves castigos corporales a los niños pequeños, como los que se dice que rigen actualmente en ciertas sectas religiosas. A los niños en este tipo de iglesias «los puede castigar cualquier adulto», según una mujer que abandonó la secta. Afirmaba que azotaban a los niños hasta romperles el alma. Al sacerdote de esa iglesia le peguntaron: ¿A que edad cree usted que los niños son responsables y se puede empezar a disciplinarlos?». ÉI replicó: “Creemos que si espera a que el niño sea capaz de razonar, habrá esperado demasiado”

Los padres que practican un condicionamiento deshumanizador de sus hijos, producen retoños de si mismos a su imagen y semejanza, autómatas que harán exactamente lo que se les diga, serán perfectamente obedientes (hasta la muerte, como en el caso de Jonestown, Guayana). Les aterrorizará cuestionar la autoridad, de hecho serán incapaces de cuestionarla, pues nunca aprendieron a pensar por sí mismos. Las amenazas físicas no son manera de formar seres humanos creativos y pensantes. Lo que se comunica es que el poder está en el padre que empuña la vara, y cuando todo fracasa el golpea, bombardea, destruye, saquea y mata. Resulta sombrío pensar que los niños a quienes se castiga, son a menudo, cuando crecen, quienes castigan no solo a sus propios hijos, sino también a sus padres, de quienes aprendieron sus lecciones de control corporal. Cosechamos lo que hayamos sembrado, hecho éste que, afortunadamente, puede influir en la conciencia de aquellos padre  que castigan a sus hijos «por su propio bien

No hay comentarios:

Publicar un comentario