EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 21,5-19
Correspondiente al domingo 14 de noviembre del 2010
LA SEGURIDAD PUESTA EN EL TEMPLO
Los discípulos de Jesús se sentían orgullosos del magnífico Templo que había en Jerusalén. Se lo mostraban a Jesús y le hacían notar la belleza de la construcción, el valor de los materiales, la riqueza de las donaciones... Pero la respuesta del Señor cayó sobre ellos como un balde de agua fría: "Todo será destruido... no quedará piedra sobre piedra..." Todos buscamos seguridad. Y al pueblo judío le pasó lo mismo que a muchos de nosotros. Hasta tal punto llegaba la seguridad en el Templo, que muchos pensaban que solamente podría destruirse cuando llegara el fin del mundo. Algo semejante pasa con algunos de nosotros que pensamos que si tenemos un hermoso temple, una iglesia bien adornada, o una imagen en la que Dios manifiesta de una forma especial su protección sobre nosotros, ya con eso podemos sentirnos satisfechos y libres de la responsabilidad de vivir nuestra fe. El Señor reprendió muchas veces a su pueblo por medio de los Profetas. Existe un famoso discurso del profeta Jeremías sobre este tema, y por haberlo pronunciado debió padecer mucho de sus connacionales. No se puede vivir en el pecado pensando que Dios nos va a proteger lo mismo, o que vamos a salir triunfadores en el Juicio sólo porque en nuestra ciudad.....
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