...…Oh! Sabiduría, que saliste de la boca del Altísimo,
te extiendes a los confines de la Tierra,
y dispusiste todo con suavidad y con fuerza:
ven enséñanos el camino de la Prudencia….
te extiendes a los confines de la Tierra,
y dispusiste todo con suavidad y con fuerza:
ven enséñanos el camino de la Prudencia….
Benedicto XVI nos dice que:
“…Dios se esconde en el misterio: pretender comprenderlo significaría quererlo circunscribir en nuestros conceptos y en nuestro saber, y así irremediablemente perderlo. Mediante la fe, en cambio podemos abrir un canal a través de los conceptos, hasta de aquellos teológicos y podemos tocar al Dios viviente. Y Dios una vez tocado, nos transmite inmediatamente su fuerza.
….Dios no está lejos de nosotros, no es desconocido, enigmático o peligroso. Dios es cercano a nosotros, tan cercano que se hace Niño. Este es el verdadero Dios, que es bueno, que nos ama, nos conoce, está con nosotros, ¡Hasta el punto de haberse hecho carne!
“….Esta es la gran alegría que el Cristianismo anuncia, conocer a este Dios es verdaderamente la Buena Noticia, una palabra de redención. El Nuevo Testamento es verdaderamente Evangelio, la Buena Noticia, que nos trae alegría…..”
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Reflexionemos juntos, guiados por las palabras del Papa iremos descubrimos la faz humana de Dios:
*El mundo occidental es un mundo cansado de su propia cultura un mundo que ha llegado a un momento en el cual no hay más evidencia de la necesidad de Dios, tampoco de Cristo y en el que parece que el hombre pudiera construirse por sí mismo.
En este clima de un racionalismo que se encierra en sí, que considera el modelo de las ciencias el único modelo de conocimiento, todo el resto es subjetivo…pero el hombre no puede comprenderse a sí mismo de modo pleno si prescinde de Dios. *¿Existe todavía necesidad de Dios? ¿Es todavía una cosa razonable creer en Dios? ¿Cristo es solamente una figura de la historia de las religiones o es realmente el rostro de Dios de la cual tenemos necesidad? ¿Podemos vivir bien sin conocer a Cristo?..... En una época de eclipse de la trascendencia es necesario reafirmar la simplicidad y la riqueza de nuestra fe: Creemos que Dios existe, que Dios importa. ¿Pero cuál Dios? Un Dios con un rostro, con una cara humana, un Dios que reconcilia, que vence al odio y da la fuerza de la paz que ningún otro puede dar.
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