PERSONAS VISCERALES :8,9,1
Las PERSONAS VISCERALES , 8, 9, 1, escogen como su centro preferido el instintivo o móvil. Típicamente se introducen en una situación, se plantan y dicen . “aquí estoy enfréntense conmigo”. Esperan que los demás se fijen en ellos. Buscan hacerse con el control por la fuerza del mero estar allí. Parecen decirse a sí mismos: “me encontraré bien en esta situación si me dejo llevar simplemente por el flujo de energía; de ese modo, sabré cómo actuar.» Esta actuación instintiva les da sensación de dignidad y realización. Se concentran en estar presentes y ser ellos mismos. Como el instinto se construye con las experiencias pasadas, el pasado tiende a ser dominante en ellos. Asimismo, su energía está dominada por lo que debería hacerse y mantienen elevadas expectativas y exigencias respecto a los demás y a sí mismos.
8. Los OCHO se centran en ser ellos mismos por su fortaleza en relación con los demás. Los OCHO insisten en que los demás los traten como personas fuertes y enraizadas en convicciones. Estando en posición adyacente respecto al centro de la cabeza, no les resulta incómodo pensar, pero tienden a rechazar su centro de los sentimientos. En vez de basar sus relaciones en el centro del corazón, utilizan su centro instintivo, su propia vitalidad y su arraigo para los encuentros personales. Esto se traduce en que sienten instintivamente que se relacionan con el otro por su asertividad, aunque en realidad pueden estar trastornando la relación pisando el terreno del otro. Tienen un problema real para participar en una experiencia sentimental de ternura y son incapaces de plantear las preguntas características de las PERSONAS DE CORAZON, como: ¿Me vas a gustar? o ¿Qué necesitas?. En cambio, dirán: ¡Enfréntate conmigo!
9. Los NUEVE se encuentran en el punto de negación del centro visceral en el eneagrama. Suelen usar su centro instintivo en sustitución de los centros de sentimiento y de pensamiento, al precio de no experimentar el funcionamiento adecuado del mismo centro visceral. Por ejemplo, sustituyen el sentimiento por el instinto, sin lograr hacer nuevos amigos, conformándose con sus amigos habituales. Utilizan también el instinto para conocer; tienen intereses muy limitados y parecen contentarse con una forma reiterativa de conocimiento haciendo una y otra vez lo mismo o siguiendo la misma serie de acontecimientos deportivos ano tras ano. Con respecto a su funcionamiento instintivo, parecen no estar en contacto con su propia vitalidad interior. Les gusta vivir de forma rutinaria, pero hay un punto en su energía instintiva en el que reaccionan con vitalidad a muy diversos estímulos externos. A menudo carecen de reacción natural y espontánea frente a lo que ocurre, y ése es uno de los principales problemas que no suelen reconocer.
1. Los UNO se encuentran en el ala del centro visceral próxima al centro de los sentimientos. Tienden a rechazar su centro de pensamiento, sustituyéndolo por el «pensamiento» del instinto. Esto significa que no consiguen plantearse las preguntas de las PERSONAS DE CABEZA: ¿Cómo se integra todo esto? Típicamente, se introducen en una situación con un sesgo de su pensamiento, provocando que la situación les domine, en vez de tratar de comprender cómo pueden integrarse todos sus aspectos. El pensamiento de los UNO se caracteriza por carecer de una perspectiva objetiva.
PERSONAS DE CORAZON: 2, 3, 4
Las PERSONAS DE CORAZON, 2, 3, 4 se introducen en una situación y se preguntan automáticamente: «Esta persona, ¿es amiga u hostil? ... ¿Me gustarás o no?» Asimismo, adquieren información preguntando: «¿Qué necesitas?» Se orientan al control en el nivel de cómo son con los otros. Se preguntan a sí mismas: «¿Cómo me responden los demás?» Entre sus preocupaciones, predominan las relaciones con los demás. Las PERSONAS DE CORAZON se preocupan de lo que necesitan los otros con el fin de conseguir una respuesta favorable de ellos cuando les proporcionan algo que les guste o ayude.
2. Los DOS se encuentran en el ala del centro del corazón, próximos al centro visceral. Aunque acepten vivir en el nivel visceral además de en su nivel preferido del corazón, rechazan su centro de la cabeza y emplean los sentimientos de su centro del corazón como sustitutos en la función pensante. No consiguen ver el valor de una visión general, reduciendo, en cambio, sus intereses a las relaciones con personas individuales. Su conversación habitual revela esta reducción porque, sobre todo, hablan con personas que son especiales para ellos y dan la sensación de tener poco interés por las cuestiones del mundo en general o por cualquier problema que se salga del marco de sus propias familias. Son proclives también a mostrar un sesgo contra cualquier tipo de pensamiento abstracto, al menos en la medida en que no sea útil para ayudar a alguien que conozcan.
3.Los TRES, situados en el punto de negación del centro del corazón, sustituyen las funciones de los otros dos centros por la de su sentimiento, teniendo, sin embargo, problemas para vivir en un nivel sentimental. Es notorio el sacrificio de la parte sentimental de las relaciones personales y familiares en beneficio del éxito en los negocios o en el mundo profesional. No se permiten a sí mismos vivir profundamente en su centro preferido del corazón, aplicando, no obstante, la función sentimental para sustituir al pensamiento y a la conducta instintiva. Utilizan el sentimiento para conocer; restringen sus intereses a lo que les ayude a conseguir éxito, padeciendo a menudo la falta de desarrollo cultural de sus talentos. No logran reconocer el saber como algo bueno en sí mismo; tratan de conocer lo que contribuye al éxito, su interés máximo y absorbente. Utilizan también el sentimiento para su funcionamiento instintivo; se revisten de sus sentimientos y llevan una máscara en vez de dejar simplemente que su persona exprese sus reacciones instintivas. Su lenguaje corporal transmite una apariencia que provoca una reacción favorable a lo que venden o promueven.
4. Los CUATRO, situados en el ala del centro del corazón más próxima al de la cabeza, tienen problemas con su centro visceral. Viven en el nivel del sentimiento y, hasta cierto punto, en el de pensamiento, pero sustituyen el centro visceral por su función sentimental. En vez de dejar que la espontaneidad surja libremente de los instintos, tratan de que sus reacciones corporales expresen algún sentimiento especial. Ensayan cómo se expresarán a sí mismos en vez de mostrar sus reacciones instintivas. Utilizan su sentimiento para esto porque pretenden que la expresión de sí mismos constituya una forma de relacionarse de manera auténtica con los demás. Así, el carácter exclusive de sus sentimientos se pone de manifiesto. La conducta instintiva del CUATRO parece algo prefabricada, expresando más sentimiento que el realmente presente en su corazón. Los CUATRO tienden a presentar una máscara artística de movimiento corporal que impide a los demás conocer a la persona real.
PERSONAS DE CABEZA: 5, 6, 7
Las PERSONAS DE CABEZA escogen su función de pensamiento como la más importante para ser persona. Consideran central el saber para su funcionamiento como personas en relación con el mundo. Se preguntan: «¿Cómo se integra todo esto?» Miran al conjunto de su medio ambiente y se plantean cómo se ajusta cada parte con el resto. No se centran en los individuos, como las PERSONAS DEL CORAZON; en cambio, atienden a la situación total. Tratan de captar el sentido de lo total y de cómo se entrelazan todas las piezas. Al experimentar su ambiente de este modo adquieren el sentido de lo que sucede. Con esa información, saben cómo estar en situación. No entran de lleno en la situación, plantándose en ella como las PERSONAS VISCERALES. Primero, tienen que conocer la situación total, para saber después cómo ajustarse a ella. Cuando ven automáticamente la situación, se ponen a sí mismos en el lugar de los otros. Tratan de entender dónde se sitúan los demás. No se centran en su forma de relacionarse con los otros, sino más bien en cómo están los demás en relación con la situación total. Esto permite a las PERSONAS DE CABEZA entrar en las vidas de los demás con un espíritu de empatía. Por medio de su función de pensamiento, se ponen con facilidad en el lugar de los otros. Las PERSONAS DE CABEZA buscan el control por el conocimiento del ajuste de cada cosa. Están dominadas por sus ideas, planes y percepciones, que les dicen en dónde se halla cada cosa. Esperan que su pensamiento y reflexión les manifiesten todo sin reconocer la necesidad de la información sobre las consecuencias procedente de otro. Si piensan que algo está bien, concluyen que, en efecto, está bien. Tras una experiencia, la repiten mentalmente para decidir cómo se comportarán en la siguiente ocasión.
5. Situados en el ala del centro de la cabeza, los CINCO se encuentran también en su medio en su centro del corazón, pero rechazan el centro visceral. Su autoconsciencia pesa mucho en su vida instintiva. Para ellos, no es fácil ser espontáneos; en cambio, tienden a que sus acciones y reacciones sean deliberadas. Ante una situación nueva, reflexionan en vez de reaccionar espontáneamente. A menudo parecen muy comedidos en sus reacciones. Como la memoria es una función instintiva y no se encuentra bajo el control directo de la mente, tienden a olvidar los nombres de las personas. Al sustituir el funcionamiento adecuado de su centro visceral por el pensamiento, pueden imponer a sus movimientos corporales una regularidad mecánica. Con frecuencia, en los deportes son torpes porque reemplazan con su pensamiento el flujo natural de energía en el nivel visceral necesario para la coherencia de la ejecución y las reacciones rápidas.
6. Como los SEIS se encuentran en el punto de negación del centro de la cabeza, tienen problemas para vivir en su centro de cabeza preferido y lo utilizan para desempeñar las funciones propias de los otros dos centros. Tienen problemas respecto al conocer, pero lo niegan. Tienden a obstaculizar los conocimientos nuevos que harían menos exigente o amenazadora la vida. Mantienen el conocimiento adquirido con gran convencimiento y consideran los conocimientos nuevos como amenazadores porque se sumarían a sus responsabilidades. Los conocimientos que poseen les dan seguridad y un conocimiento nuevo atentaría contra esta seguridad porque provocaría conflictos con lo que ya saben. Quieren vivir en el nivel de la cabeza como forma de obtener la máxima seguridad, pero los contenidos de su conocimiento no deben cambiar; eso amenazaría la seguridad que les proporciona su conocimiento actual. En consecuencia, se resisten a hacer lecturas serias o a asistir a seminarios sobre nuevas orientaciones del pensamiento. Desprecian estas cosas como «extravagantes» porque las consideran amenazadoras. Emplean su centro de la cabeza para reemplazar sus funciones instintivas y sentimentales. Sus movimientos corporales suelen estar regidos por el centro de la cabeza. Los SEIS se adaptan conscientemente a las reglas que su centro de cabeza considera adecuadas para estos movimientos. No se expresan a sí mismos a través de los movimientos corporales, sino lo que la cabeza les dice que ha de hacerse en relación con lo que se les exige. Esto provoca una rigidez en su conducta, por ejemplo, en las reuniones. Para el SEIS es importante que todo se haga de acuerdo con las reglas que, generalmente, no varían de una reunión a otra. Su función de cabeza sustituye también a la de su centro del corazón. Su sentido de la responsabilidad en su trabajo les lleva a pasar por alto la cuestión de si les gustan o no los otros, cuestión que se plantean las PERSONAS DE CORAZON. No permiten que la ejecución de las tareas se vea perturbada por los sentimientos sobre otras personas durante las horas de trabajo. En consecuencia, los SEIS pueden desarrollar una enorme cantidad de trabajo y creen que serán queridos por el trabajo que hagan. Puede que ni se les ocurra que el nivel del sentimiento es fundamental para amar. Los padres SEIS pueden pensar que sus hijos les amarán por las cosas materiales que les proporcionen, sin necesidad de expresiones de afecto ni conversaciones íntimas. Los SEIS tienen dificultad para abrir sus corazones y tienden a explicar sus vidas a partir del rol o la responsabilidad que se les ha encomendado, en vez de como una travesía vital centrada en los sentimientos. Consideran las cuestiones morales como cuestiones de bien o mal de acuerdo con las leyes o las decisiones de la autoridad. Se encuentran incómodos con las áreas poco definidas en el crecimiento personal. Ordinariamente, no dicen a otro que lo está haciendo bien «porque eso es lo que tiene que hacer». Piensan que las personas han de adaptarse a las normas del grupo o, de lo contrario, «ser despedidas», aunque el grupo sea la familia, la iglesia o la nación.
7. Los SIETE son PERSONAS DE CABEZA situadas en el ala próxima al centro visceral. Sustituyen la función del corazón por su pensamiento. En consecuencia, imponen sus planes a los demás sin preocuparse de lo que sientan. No se plantean las preguntas de las PERSONAS DE CORAZON, como: « ¿Eres amigo o enemigo mío?» Usan simplemente su función de planificación para reemplazar el sentimiento y dan por supuesto que todo el mundo aplaudirá lo planeado. A pesar de su efervescencia, puede no resultar fácil aproximarse a ellos en un nivel íntimo de sentimiento. Son personas de fiesta más que personas que disfruten con un abrazo. Les gusta multiplicar contactos con mucha gente más que pasar el tiempo con alguien especial en un ambiente íntimo. Sus cabezas constituyen el centro de sus vidas y creen que pueden agradar a todo el mundo planeando actividades divertidas.
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