Las sensaciones luego de participar de los encuentros de Posiciones y Constelaciones Familiares

Hace un tiempito una compañera y amiga del Centro, que participó de los encuentros de los sábados de Posiciones y Constelaciones Familiares ,nos envió el siguiente comentario sobre sus sensaciones de compartir ese espacio.

Ahora lo comprtimos con todos:

La experiencia de asistir a las constelaciones familiares resulta, al menos en lo personal, en poder comprender e iluminar nuestra historia de vida pasada, presente y futura, muchas de nuestras actitudes y la actitud de los miembros de nuestra familia. Y con familia me refiero a la que directamente nos precede (padres, abuelos, bisabuelos) y la que nosotros hemos formado.
Podemos comprender de dónde vienen aquellas mochilas y mandatos que cargamos, las actitudes o palabras que repetimos (a veces sin ser conscientes de ello), todo aquello que no hemos podido “sacarnos de encima” y que nos pesa y a veces hasta nos duele, y lo que nosotros mismos hacemos. En la experiencia de las constelaciones, aunque sea por el simple hecho de observar con atención las emociones de las personas que hacen la representación del tema propuesto por la persona que quiere constelar y lo que en nosotros comienza a movilizarse, vemos que nuestra historia siempre es “tocada” en algún punto y se ilumina, nos damos cuenta que podemos corregir el "presente y “de ahora en adelante” por nuestro bien y el de nuestro sistema familiar. Y por sobre todas las cosas nos damos cuenta de que nuestra carga no es ni tan pesada ni única, siempre hay alguien que carga algo más pesado, y que todos, absolutamente todos, cargamos algo. Que no estamos solos... y es el mismo Dios quien está presente allí para iluminar a todos aquellos que realmente quieran verse y aceptar que siempre hay algo que debemos mejorar o cambiar